El Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y
Marino ha publicado hoy en el BOE una Orden por la que se prohíbe la
circulación, comercio, cría y tenencia del caracol manzana, una plaga que
ocasiona graves daños en el cultivo del arroz en crecimiento y ocasiona
graves pérdidas económicas en la producción de este cereal.
La orden publicada hoy es una ampliación de la norma publicada por el
MARM el pasado 22 de julio, por la que se establecieron medidas
urgentes de protección frente al caracol manzana "Pomacea insularum" y
"Pomacea canaliculata", con el objetivo de evitar la introducción y
dispersión en el territorio nacional de esta plaga, en tanto la Comisión
Europea adopta medidas de aplicación a todo el ámbito de la Unión
Europea.
Estas medidas consistieron en la prohibición de introducir en España el
caracol manzana procedente de países terceros, y en la exigencia de que
las plantas de acuario procedentes de dichos países estén libres de
formas vivas de la plaga.
Además, se adoptaron medidas para prevenir su dispersión desde la
zona en erradicación del Delta del Ebro, a través de la maquinaria
empleada en el cultivo del arroz. En concreto, las cosechadoras que se
trasladen desde las zonas con presencia del caracol manzana a otras
zonas libres de esta plaga, deberán ir acompañadas de un certificado en
el que se especifique que se ha efectuado la limpieza en dicha
maquinaria.
El caracol manzana es una plaga del arroz que ha sido introducida,
normalmente de manera accidental, en diferentes países del mundo, a
través de su comercio como especie de acuario. Considerada por la FAO
como una de las plagas más importantes del arroz en el mundo, ocasiona
graves daños en el cultivo en crecimiento y elevadas pérdidas
económicas en la producción de este cereal.
En España, el caracol manzana ha aparecido en el Delta del Ebro, donde
ha mostrado una elevada capacidad de dispersión y ha comenzado a
provocar daños en las parcelas de arroz.
Esta es la primera detección de este molusco en España y supone una
grave amenaza para las áreas de cultivo de arroz del continente y un
impacto potencial a la biodiversidad de los humedales naturales por el
consumo voraz de un gran número de especies de plantas acuáticas
autóctonas.
Actualmente, la Generalitat de Cataluña está desarrollando un programa
de erradicación y control de esta plaga, que ha contado desde el principio
con la colaboración financiera del MARM.